Cuando las mamás me preguntan por las causas del bruxismo de sus hijos, lo primero que hago es estudiar cada caso para identificar cuál es el origen.
Si tras una revisión de sus dientes queda descartada la base física a su problema y se comprueba que están alineados, entonces hay que indagar en otro tipo de causas como las psicológicas.
El bruxismo infantil y sus posibles causas
Es posible que como padres no nos hayamos dado cuenta, pero el niño puede estar pasando por algún periodo de mayor tensión y lo refleja apretando los dientes y rozándolos entre ellos. Por eso a mí me gusta sentarme con los niños y hablar con ellos porque me aportan mucha información. Cómo se sienten, qué tal les va en el colegio… me cuentan detalles que me ayudan a entender si hay alguna situación de tensión.
Muchas veces ni siquiera se lo cuentan a los profesores y en cambio al dentista, en un entorno agradable y si el profesional además tiene alguna habilidad en el campo de la psicología, puede averiguar si el niño es o no totalmente feliz.
Si se determina que la base es psicológica, hay ciertos hábitos que ayudan a mitigar el estrés del niño. Por ejemplo, evitar que vea la televisión o juegue con video juegos que le transmiten agresividad. También un baño caliente y relajante y sobre todo, como padres dedicarles diez minutos a contarles un cuento por la noche para que ellos sepan que estamos ahí y darles seguridad.
Cuando a pesar de esto el niño sigue presionando sus dientes por la noche mientras duerme, puedes cambiarle la postura y así, poco a poco, dejará de apretarlos.
