¿Ves las estrellas cuando bebes cosas frías o calientes? ¿Sientes latigazos cuando ingieres alimentos azucarados?
La sensibilidad dental en personas mayores de 35 años es bastante común. Es una forma de protesta que nos indica que algo no funciona adecuadamente.
Cuando exponemos a nuestros dientes a cambios de temperatura bruscos de alimentos muy fríos o demasiado calientes, los vasos sanguíneos del interior de la pulpa de cada diente se inflaman y producen dolor. Se denomina hiperemia pulpar.
También podemos presentar sensibilidad dental debido a una mala higiene bucal. Si no nos limpiamos bien la boca, aparecen las caries, y a través de la caries los alimentos pueden penetrar a la capa más profunda del diente, la dentina, la cual es muy sensible y por supuesto, esto produce dolor.
Lo mismo ocurre si tenemos un traumatismo que origina una rotura del diente, perdemos capa del esmalte y dejamos expuesta y al aire la dentina.
Por otro lado, el ácido de las bebidas carbonatadas van desgastando el esmalte y dejando más vulnerable la dentina. Igual que con el bruxismo, puesto que al apretar los dientes o hacerlos rechinar con movimientos circulares, hacemos que se desgaste la superficie del esmalte y de la misma manera, desproteger el diente.
Por eso tiene que visitar al dentista que será quien te diagnostique el origen del problema de la sensibilidad dental y valorar si se trata de un mal engranaje y revisar si tienes caries.